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Titulo: "Luft"
Artista: Patrick Steegel
Técnica: Escultura
Fecha: 15 de Enero - 14 de Marzo 1999

El primer inflable de Patríck Steeger aparece en una muestra que realizó en el centro de eventos La Fábrica, en 1997. Entonces él estaba interesado en investigar - desde una ficción artística - el esqueleto humano y su capacidad de constituirse en soporte del cuerpo, Steegel sospecha de la solidez de ese armazón y no puede sino montar la pregunta sobre la fragilidad. Una de las obras, la que aquí interesa, consiste en un globo de polietileno semi-transparente de grandes dimensiones rodeado de eco anillos de madera. Steeger legó a esta imagen a partir de una observación crítica sobre las costillas. Le parecía inquietante que estos frágiles huesos, dispuestos en forma de cilindro y separados entre sí, pudieran mantenerse en su lugar Lo único que los unía era el aire, acaso una especie de sistema alternativo que, por ser invisible, nadie reconocía. La obra, traducción de esta idea, puede leerse como un acertijo visual: lo "sólido", lo supuestamente estructural, se transforma en accesorio de un cuerpo sostenido por lo invisible, Sería poco probable que alguien abocado a este tipo de digresiones creyera en la rancia definición de escultura que aún enseñan a os chicos en la escuela. Steeger desconfía de ese objeto monolítico y perdurable absurdamente satisfecho ele sí mismo. Quizás por ese ensaya un ente efímero y vacilante que haya más mínima provocación podría desaparecer. Si la escultura "respetable" defiende su estatus en la férrea obediencia a sus relaciones internas - como si nada, que no sea ella misma, pudiera amenazarla - ,ésta presencia irritable se declara vulnerable a su entorno físico y menta. Pero, retomando el hilo biográfico, consignamos que luego de esta primera muestra, Steeger guarda sus obras y parte a una escuela de arte en Barcelona. Allá, la escasez de metros cuadrados lo obliga a trabajar en pequeño formato sobre el escritorio de su cuarto de huésped. Aunque no puede producir a gran escala, nada le prohíbe seguir pensando en los diversos modos ele alterar la percepción de los cuerpos en sus relaciones de contexto: echando mano de elementos ya fabricados Steeger realiza varias instalaciones en las que investiga posibilidades de distribución espacia y artificios de camuflaje que tergiversan ¡as lecturas. Sin embargo, pronto se le hace necesario volver sobre una lógica operativa que surja de la manipulación del objeto como tal. Entonces se acuerda de ese inflable guardado en algún cajón olvidado. Pero ahora es otra urgencia --acaso más baña pero igualmente significativa- la que lo trae a su memoria: se trata, básicamente, de ampliar a escala de la obra sin que ello dificulte su transporte. Qué mejor alternativa que un volumen de aire capaz ele transformarse en un gigante y, cinco minutos más tarde, ser reducido a un modesto paquetito que se lleva a cualquier parte. El inflable es recuperado como un hallazgo que, tras un tiempo de ¡aterida, constata el ajuste entre la idea y su operatividad práctica. La comprensión cíe a escultura como identidad móvil calza con la exigencia de una circulación expedita. Es más, estos volúmenes de aire ni siquiera se aseguran de ser reconocidos como arte: por el contrario, se exponen a los titubeos del ojo, jugándose en las trampas de la ambigüedad. Exhibiendo una familiaridad dudosa, deja abierta las conexiones a producto de consumo industrial. En sus erráticas analogías mentales el espectador cruza imágenes como las de un flotador, una piscina, una pelota, una muñeca de sex-shop y regresa empujado a activar ese sofisticado mecanismo ele la imaginación que reconvertirá su mirada hacia e objeto artístico eres objetos - que podrían ser modificados en su forma y tamaño agregando o quitando aire - incorporan la incertidumbre como :edición y, para ello, instalan un lenguaje que reclama su propia legitimidad. Steeger se refiere al"idioma de los inflables". Ellos hablan un dialecto que desbarata las jerarquías del atrofiado sentido común. En el reino ele los inflables lo grande no pesa, a línea recta no manda, lo sólido no sostiene, lo inestable permanece, a solemnidad es estúpida y ¡a ironía necesaria. Catalina Mena